martes, 20 de noviembre de 2007

RESUMEN:
La pregunta que motiva este trabajo es ¿cómo se debe entender el hecho de que las impresiones tengan valor veritativo en la epistemología estoica? Para responderla analizo los ejemplos que los estoicos daban de impresiones falsas y verdaderas.

En los estoicos, al igual que en los epicúreos y escépticos, parece ser un hecho que para conocer el mundo es necesario tener una representación de él. A esa representación la llamaron impresión. Para que un sujeto pueda tener una impresión, un objeto externo debe intervenir en los sentidos de éste. Gracias a los sentidos una imagen del objeto queda grabada en el alma del sujeto[1]. De esta manera, la concepción que tenemos del mundo está mediada por nuestras impresiones.
Además de defender la existencia de las impresiones, las tres escuelas creyeron que estas impresiones no eran los únicos estados psicológicos[2] que un hombre podía tener. En efecto, todas creían en la existencia de ilusiones y ensoñaciones (Cf. L&S 39A y Ad Her § 51). En el segundo libro de sus Cuestiones Académicas, Cicerón comenta un argumento de Lúculo, un pro-estoico, en el cual él dice que las ilusiones son causadas por el alcohol (Cf. CA). En un pasaje de Aecio se asegura que Crisipo decía que éstas se debían a la melancolía o a la locura (Cf. L&S 39 B).
Buena parte de la concepción de impresión que tienen los estoicos y escépticos coincide. Sin embargo, esto no sucede en el caso de los epicúreos. El punto en el que discrepa la concepción estoica-académica[3] de impresión con la epicúrea es en la explicación que le dieron al hecho de que una impresión pudiera tener valor veritativo. Comúnmente se cree que la verdad de una impresión está dada por el hecho de que la imagen corresponda con la realidad y la falsedad por el hecho contrario. De esta forma, si en un estado psicológico tengo la imagen de un carro, esta imagen será verdadera si y sólo si hay un carro en realidad.
La respuesta más singular con respecto a esto es la epicúrea. Para ellos, una impresión no tiene valor veritativo, sino el juicio que se hace de ella. Así, p.ej., cuando yo tengo una impresión de algo blanco tiendo a asegurar que esta impresión corresponde a algo blanco. En este ejemplo hay dos juicios con valor de verdad. Primero que todo, le estoy dando una identidad a la impresión, pues es obvio que el sujeto que evalúa el valor de verdad de la impresión, tendrá que deducir qué significado tienen los rasgos de ella: con base a la estructura física de la impresión, el sujeto asegurará que tiene algo blanco ante sus ojos. El segundo juicio tiene lugar cuando el sujeto asegura que la impresión ya identificada tiene lugar en el mundo físico: así, si considera verdadero al juicio, asegurará que, en realidad, hay algo blanco en el mundo. Los dos juicios son susceptibles de ser verdaderos o falsos: la interpretación que haga de los rasgos puede estar equivocada, de la misma manera que puedo estarlo el juicio de que la interpretación esté en el mundo.
La respuesta estoica (y con ella la de los escépticos) parece ser más acorde con la que habíamos asegurado ser propia del sentido común. Sin embargo, en este trabajo pretendo demostrar que pueden vincularse una doctrina similar a la epicúrea con la estoica-académica.
Ampliemos la interpretación que manejaremos de la impresión. Esta está acorde con la epicúrea. Voy a tomar dos ejemplos de impresión que permitan destacar los rasgos característicos de ellas[4]:
Hay una imagen mental de un bulto en la lejanía.
Hay una imagen mental de una silla y una mesa.
Cuando tengo (1), puedo identificarla con un objeto en unas ciertas condiciones, p.ej. puedo decir que esta imagen es propia de una persona que se acerca sobre un caballo. Ese, como habíamos dicho, es el primer juicio. Es, con base a este primer juicio, que decido si esta impresión corresponde con un objeto externo.
Haremos ahora una análisis de (2). Puedo describir la imagen mental en términos de un juicio: “hay una silla con una mesa”. Cabe destacar que no hay necesidad del segundo tipo de juicio que habíamos descrito con anterioridad. En la vida real hay un criterio implícito que hace que el primer juicio se tenga por verdadero.
Como vemos los tipos de impresión[5] más representativos tienen dos rasgos en común. Podemos, así, concluir que toda impresión tiene como característica estos rasgos. El primer rasgo es el juicio interpretativo, donde se identifica a la imagen con un estado de cosas. El segundo rasgo es el juicio asertivo, donde se establece si el juicio interpretativo corresponde o no con el mundo. Cabe notar que el juicio asertivo puede ser explícito o implícito.
Según esta interpretación del proceso, la falsedad de una impresión consistirá en la no adecuación con el mundo del juicio interpretativo cuando se hace un juicio asertivo de éste. Si yo tengo la imagen mental de algo parecido a una silla y una mesa, al identificar la imagen con una silla y con una mesa, estoy errando y mi juicio es falso. Pero esto sólo ocurre en el caso que se ha dicho, por medio del juicio asertivo, que esta interpretación corresponde con el mundo.
Los estoicos creyeron que las impresiones podían ser falsas, también que habían unas impresiones que eran ambas, falsas y verdaderas. Los estoicos solían poner como ejemplo de estas últimas el caso de Orestes, quien a partir de la impresión que había causado Electra decía que era una furia (Cf. L&S 39 G). La verdad de esta impresión residía en el hecho de que había un agente externo que era su causa, la falsedad en el hecho de que no era una furia el causante de la impresión (Cf. Ibíd.). Este ejemplo muestra que los estoicos estaban pensando en el esquema que propusimos, aunque no eran concientes de esto. En efecto, lo falso en el ejemplo sería el hecho de asegurar una interpretación no correspondiente con la realidad.
Esto también se muestra en el caso del ejemplo de impresión falsa que ponen los estoicos. Es falsa la impresión del remo partido en el agua. Esto podría ser descrito de la forma: «es falso asegurar que es el caso la interpretación de esta imagen como que el remo en verdad estuviera partido». No sería falso, según esta interpretación, «asegurar que se puede identificar a la imagen con el efecto de un fenómeno óptico».
Según Long y Sedley, debido a que los estoicos consideraban que había impresiones falsas, estos fijaron un criterio que les permitía saber cuáles de sus impresiones correspondían seguramente con un objeto externo. Este criterio consistió en considerar un tipo de impresiones, las aprehensivas (Cf. L&S: p.250). Este concepto se modificó a lo largo del tiempo en que permaneció vigente esta escuela. La versión definitiva tenía los siguientes rasgos[6]:
Tiene un agente externo por causa, es decir no es una fantasía ni una ensoñación.
Es una imagen especular de su causa.
No puede haber una impresión falsa que no se pueda distinguir de esta.
Surge en personas sanas.
Genera asentimiento.

Se pretende ahora mostrar que estos rasgos implican el proceso que propusimos. Se puede hacer una jerarquía de estos rasgos. Por una parte, los rasgos1, 4, y 5 se refieren más a la parte física de la impresión. La otra parte es la que nos interesa, pues allí se trata la naturaleza epistemológica de las impresiones aprehensivas. En el segundo rasgo se ve el proceso propuesto. El segundo rasgo puede parafrasearse diciendo que la impresión aprehensiva muestra la naturaleza de su causa. Para que pueda mostrar la causa, la impresión aprehensiva debe ser interpretada.
El rasgo (3) también se puede explicar en términos del sistema propuesto. Para que quede claro a qué se referían los estoicos con este rasgo se debe tener en cuenta las críticas escépticas que buscaba responder. Un ejemplo de impresión aprehensiva era la que yo tenía cuando encontraba a una persona conocida y la tenía en la cara. Sin embargo, para los escépticos aún esta impresión aprehensiva podía ser falsa, pues podía ser que fuera un hermano gemelo de la persona y no la persona misma. A esto se referían los estoicos con que una impresión aprehensiva no pudiera ser falsa.
Ahora bien, es claro que estas críticas sólo tienen sentido si se adopta el esquema propuesto. Los escépticos lo que dirían, según esto, es que usted no le puede atribuir una identidad a una impresión y pensar que esta identidad es la única posible. En el ejemplo del hermano gemelo se ataca no a la representación misma, pues ésta muestra al objeto que la causa, sino a la identidad que se le da a la representación: la impresión sería falsa si se pretendiera que la imagen corresponde a la persona conocida y no a su hermano gemelo.
En la respuesta estoica, correspondiente al rasgo (3), se debe también tener en cuenta el esquema propuesto. En efecto, éste se debería leer así: «las impresiones aprehensivas sólo se pueden interpretar de una y sólo una manera determinada». Una pregunta adecuada que podría hacerse es si esto es verdad, es decir si hay en realidad impresiones que se puedan interpretar sólo de una manera. Sin embargo, esto no corresponde al propósito de este escrito.
Se ha mostrado que los estoicos podían considerar implícitamente un esquema similar al epicúreo. Sería interesante preguntar por la razón de que si los estoicos tenían en mente un sistema como el epicúreo, no lo aceptaran. Es posible que esto se debiera a una falta de análisis de sus argumentos y a una mala interpretación de la epistemología epicúrea.

BIBLIOGRAFÍA

CICERÓN
[CA] Cuestiones académicas. México D.F: Unam.
EPICURO
[Ad Her] (1994) Carta a Herodoto. En: Obras (tr. M Jufresa). Barcelona: Altaya.
GÓMEZ, L
(2006) Esbozos de epistemología estoica. Inédito.
LONG & SEDLEY
[L&S] (1987) Hellenistic philosophers. Cambridge: CUP.
MATES, B
(1985) La lógica de los estoicos (tr. García Baró). Madrid: Tecnos.
[1] Cf. L&S 39 B para comprobar esta afirmación en el caso de estoicos y escépticos. Cf. Ad Her § 50 en el caso de los epicúreos.
[2] Por «estado psicológico», entiendo la imagen que un hombre tiene en la mente en un momento dado.
[3] Por académicos me refiero a los escépticos.
[4] Los dos ejemplos corresponden a los casos paradigmáticos de impresión: cuándo ésta es clara y cuando es oscura.
[5] En este contexto se entiende por ‘impresión’ el proceso que tiene la imagen y los juicios.
[6] Se debe a Laura Gómez (2006).

2 comentarios:

Miguel G. dijo...

Juan David: me parece que su trabajo está bastante bien logrado. Se nota que se ha familiarizado bastante con la discusión entre los estoicos, los epicúreos y los escépticos.

Sin embargo, mi sensación al leerlo fue que todavía no se tiene la suficiente claridad y contundencia a la hora de establecer los objetivos que usted se propone. La pregunta que dice que va a responder en el resumen no veo cómo es exactamente igual a lo que dice más adelante: "en este trabajo pretendo demostrar que pueden vincularse una doctrina similar a la epicúrea con la estoica-académica".

Creo que le falta más organizar todo lo que tiene con miras a un solo objetivo (o a responder una sola pregunta) que tenga bien clara. Como le digo, lo que tiene está bien, pero le falta un hilo conductor (y en ese sentido también creo que le falta más contundencia en sus conclusiones).

Juan Camilo dijo...

Me parece que su trabajo va bien aunque debería encauzarlo con mayor cuidado. Por otro lado, eso de que "Los estoicos creyeron que las impresiones podían ser falsas, también que habían unas impresiones que eran ambas, falsas y verdaderas." evalúe las consecuencias de una afirmación como esa para cada caso, yo creo que ahí la discusión se enriquece bastante. También puede redactarlo mejor y numerar con mayor cuidado para facilitar la lectura.