domingo, 9 de diciembre de 2007

¿ES LA BIOLOGÍA DE ARISTÓTELES ENTITATIVA?
El propósito de este breve escrito no es destruir la propuesta filosófica de la ponencia de Sonia Sánchez, sino mostrarle un punto que puede ser débil en su argumento, a saber que “la biología de Aristóteles es entitativa”.
En el texto de Sonia, parece reducirse la explicación que da Aristóteles a los seres naturales a una explicación teleológica. A esta explicación se le opone la explicación darviniana que consiste en una suerte de explicación de los seres vivos a partir de sus orígenes. Sin embargo, sostengo que la distinción no parece ser clara.
En Física, libro 2, capítulo 1, Aristóteles, según Guillermo Echandía, hace una distinción entre las cosas que son por naturaleza y las que son hechas artificialmente, por el azar o por la elección de un individuo (Cf. Phys II, Nota 2). Para Aristóteles las cosas que son por naturaleza, “tienen en sí mismas un principio de movimiento o de reposo, sea con respecto al lugar o al aumento o a la disminución o a la alteración” (Cf. Phys 192b10).
Aclaremos esto con un ejemplo. El crecimiento de una planta se debe a un principio interno de ella, esto haría que fuera natural. Sin embargo, pongamos el caso de que un artista cortara un arbusto de tal forma que éste adquiriera la forma de un ganso. En este caso, el estado final no se debe a un movimiento natural del arbusto, sino a algo ajeno a él: otro ser que actúa sobre él.
A partir de lo que se ha mostrado se podría definir a la naturaleza de un ser cualquiera como un “principio y causa de movimiento o de reposo por sí misma…” (Cf. Ibíd.192b20). Si se acepta que en la antigüedad se creía que la caída de un ser era debida a su naturaleza interna, un buen ejemplo de un movimiento interno es el que hace que una roca caiga: la naturaleza de la roca, en este caso, sería caer. Un ejemplo del caso contrario es el que pasa cuando alguien eleva la roca. Este movimiento no es causado por la roca, sino que es externo, por lo tanto no es natural.
Sin embargo, a ¿qué se debe este “principio interno de movimiento o de reposo”? En el capítulo que se ha citado de la Física, Aristóteles se preocupa por resolver este interrogante. Plantea dos posibles soluciones. La primera solución que comenta es la que propone que el principio interno se debe a la materia de los seres: “En un sentido se llama naturaleza a la materia primera que subyace en cada cosa que tenga en sí misma un principio de movimiento y de cambio.” (Cf. Ibíd. 193a25). De esta forma, si algo tiene madera en su composición, entonces es por estar compuesta de madera que si se entierra pueda hacer que crezca un retoño.
La otra solución que propone, es la forma. Aristóteles compara constantemente al arte con la naturaleza, en el argumento que defiende esta conclusión no se va a alejar de esta analogía. Si se llama al arte lo que es conforme al arte y el arte es muy similar a la naturaleza, entonces se llamará natural a lo que es conforme a la naturaleza. Sin embargo, así como no se puede saber si algo es conforme al arte si ese algo no ha alcanzado su forma completamente, así también no se puede saber si algo es conforme a la naturaleza si este algo no ha alcanzado su forma totalmente (Cf. Ibíd. 193a35).
Es adecuado esclarecer un poco lo que dice Aristóteles en este argumento. Si una semilla no tuviera estructura alguna, no se podría dar un crecimiento porque lo que determina una forma de crecimiento es la manera como está estructurada la materia. Así si la materia tiene una forma X, el resultado de la semilla será una planta del tipo X. A partir de este argumento, se podría decir que con sólo materia no es posible que haya un principio interno de movimiento, sino que se necesita que esta materia tenga cierta estructura. En el ejemplo anterior, la madera no es una materia primera, pues ya tiene una forma determinada, de esa forma se explicaría la aparente contradicción a la que hemos llegado: la materia basta y no basta para que haya naturaleza.
Hay otra manera de explicar esta posible contradicción. En Sobre el alma, Aristóteles dice que la materia es naturaleza en potencia (DA 412a10). Esto se podría entender como que la materia es necesaria para que un ser tenga una naturaleza determinada, pero para esto la materia necesita tener una forma o si no, no serviría de nada. Aristóteles de nuevo parece apoyar esta conclusión, esta vez en la Física. En efecto, en el capítulo que se ha discutido, Aristóteles dice que “la forma es más naturaleza que la materia, porque decimos que una cosa es lo que es cuando existe actualmente más que cuando existe en potencia” (Phys 193b5).
Esto se explica en la significación que tendría una materia sin forma en Aristóteles. Como bien se sabe, Aristóteles tenía tras de sí a una tradición que había buscado el componente primero de las cosas. Muchos pensadores que estuvieron adscritos a esta tradición propusieron que este componente primero sería algo subyacente a todas las cosas. Las cosas físicas se originarían de una afección de este constituyente primario.
Un filósofo que se suele poner como ejemplo de esta tradición es Anaxímenes. Para Anaxímenes la materia subyacente a todas las cosas era el aire. Las demás cosas se originan por medio de un proceso del aire. De esta manera, una piedra se originaría por la excesiva condensación del aire. La afección del constituyente primario sería darle a la materia una forma y por lo tanto un comportamiento, una naturaleza. Aristóteles creería eso y para él estos constituyentes primarios serían cuatro: fuego, agua, aire y tierra.
Ya que hemos dejado claro que la naturaleza se debe en buena medida a la forma. Es necesario hablar un poco más de esta forma. En Sobre el alma, Aristóteles dice que la forma de una cosa es la definición de ella (Cf. DA 412b10). Así la forma del ojo sería la cosa que es un instrumento del hombre para ver las cosas. La naturaleza del ojo sería el servir de instrumento para la visión. Pero, se puede ver que la forma es muy similar a la finalidad. En efecto, si algo es ojo, su fin será servir de visión a un hombre.
Una vez se ha descrito algunos aspectos generales de la concepción de la naturaleza en Aristóteles, se va intentar mostrar una interpretación a partir del origen de los seres vivos. Cuando se explica el comportamiento de un ser vivo por medio de su ascendencia se intenta averiguar la naturaleza de sus padres y cómo esta determina la de los hijos.
En Aristóteles también se puede ver esto. En el capítulo siete del libro dos de su Física, Aristóteles dice que la causa eficiente, la formal y la final en muchos casos se reducen a una misma cosa: “la esencia y el fin son una misma cosa y aquello de lo que primariamente proviene el movimiento es específicamente lo mismo que éstas, pues el hombre engendra al hombre; en general esto es así para todas las cosas que son movidas al mover a otras” (Phys 198a25). Como se ha dicho, la forma determina la naturaleza de la cosa y, a la vez, esta forma puede ser vista como el fin de una cosa. De esta manera la causa eficiente sería la que le otorgara a su descendencia una naturaleza.
El proceso sería de la siguiente manera. El padre daría una materia, su descendencia. En esta materia se encuentra la forma potencialmente del hijo. Por un proceso, esta materia va adquiriendo una estructura, la materia que da el padre no tiene naturaleza: “el todo indiferenciado primigenio fue el semen”. Es decir que la materia subyacente a todas las cosas no tiene movimiento interno, no tiene naturaleza. Esta materia tiene varios posibles fines, varias posibles formas.
Un apoyo a esta tesis se encuentra en la concepción aristotélica de los monstruos. Según Aristóteles, un monstruo se originaba por el triunfo de la materia sobre la forma. Esto se podría interpretar de la siguiente manera. Los procesos por los cuales la materia adquiere forma son truncados y otros procesos adquieren fuerza dándole a la materia otra posible estructura.
El punto que quiero destacar de este escrito es que no se puede decir que la biología aristotélica se olvide de los orígenes de un individuo. La forma de un organismo, para Aristóteles, se debería a su ascendencia. Puede ser que en Aristóteles sí haya eternidad de las formas, pero no se puede olvidar ciertas categorías aristotélicas que pueden ser importantes en sus estudios biológicos como naturaleza, forma y materia. No estoy diciendo que la interpretación que se dio sea correcta, pero sí mostraría ciertos aspectos que se olvidaron en el trabajo de Sonia Sánchez.
BIBLIOGRAFÍA
Aristóteles
[DA](1988) Sobre el alma (tr. T. Calvo). Madrid: Gredos.
[Phys](1995) Física (tr. G. Echandía). Madrid: Gredos.

5 comentarios:

Miguel G. dijo...

En general su texto es bueno, pero hay varias cosas que debería tener en cuenta:
1. ¿A qué se refiere con "biología entitativa"? Porque si bien puede ser que usted no haya introducido ese término (sino que es de Sonia) usted realmente nunca explica exactamente qué se debe entender por eso y resulta bastante confuso (sobre todo porque así titula su escrito).
2. En general su objetivo era mostrar que Aristóteles sí tiene en cuenta el origen de los animales para explicarlos, algo análogo a lo que tiene en cuenta Darwin. Pero creo que a la larga "se come su propia cola", porque la conclusión a la que llega es que Aristóteles toma en cuenta ese origen en tanto causa formal y causa final, lo cual lo enmarca en la teleología. Note que Sonia sí habla de eso, aunque no de la misma manera que usted lo hace. En todo caso, esa observación no parece hacer tambalear el trabajo de ella, pues el origen en Aristóteles y en Darwin tienen sentidos radicalmente diferentes.
3. Creo que pudo ser más concreto en su trabajo. A veces uno se pierde un poco y no sabe para dónde va ni qué quiere mostrar con lo que está diciendo. Y otra cosa para tener en cuenta es que según Aristóteles el padre aporta la forma y la madre la materia del hijo (no sé en dónde dice eso exactamente, pero es una de sus afirmaciones famosas).
Me interesaría mucho saber la opinión de Sonia.

Juan David Ardila dijo...

Con respecto al punto 2, mi objetivo no era decir que la biología en Aristóteles mirara también el origen de los organismos para explicarlos, sino que la forma de ellos depende en buena medida de su origen. Además mi propósito no era hacer tambalear el trabajo de Sonia, sino mostrarle que es importante que tenga en cuenta ciertas categorías Aristotélicas como la naturaleza. Esto lo digo en el último párrafo: "Puede ser que en Aristóteles sí haya eternidad de las formas, pero no se puede olvidar ciertas categorías aristotélicas que pueden ser importantes en sus estudios biológicos como naturaleza, forma y materia"

Sonia dijo...

Les agradezco sus observaciones, sin embargo , a la publicación que hice, le falta profundizar algunos temas, los cuales espero completar en la última publicación

Realmente el proyecto que me propuse investigar, lo seleccione motivada por el enorme distanciamiento que se puede percibir en la actualidad con respecto a los temas que tratan sobre evolución. Pareciera que hay solo dos caminos, o pensar en una evolución de tipo mecanicista, o en un creacionismo vulgar impregnado de fanatismo, sin desconocer que en la literatura actual sobre este tema, se encuentran algunos autores, que buscan conciliar estos dos aspectos. Cuando leí a Aristóteles, creí encontrar en el, la clave para entender mejor los procesos biológicos armonizándolos con la parte metafísica , y de hecho, al avanzar en esta investigación me fui convenciendo de ello.

Yo estoy de acuerdo con Juan David cando afirma que Aristóteles sí tiene en cuenta el origen de los animales para explicar su existencia, por su puesto que lo tuvo en cuenta, de que otra forma podría explicar un biólogo del estilo de Aristóteles, para el cual la observación era fundamental, sin embargo, lo interesante es entender, como a pesar de encontrar la explicación de los fenómenos en estas observaciones, pudo a la vez sostener sus tesis metafísicas y sobre todo éticas fundamentándose en una estructura organicista heredada del funcionamiento de la naturaleza. Hay muchos aspectos que molestan un poco en Aristóteles, y una de ellos es precisamente el que comenta Miguel sobre la manera como se genera un ser vivo a través de la procreación. El entender la “forma” como un estado dinámico que pasa de potencia a acto, utilizando la materia solo como herramienta para conseguir sus fines, puede entenderse fácilmente, pero el asignarle un valor cuantitativo en cuanto componentes físicos, al aporte que hace el sexo femenino en la formación de un ser vivo, así como el pensar que la mujer es solo una herramienta de la que se vale el hombre para preservase como especie, es un tanto degradante para nuestro género, sin embargo, puede llegar a entenderse este aspecto, analizando el contexto sociológico de la cultura griega en la antigüedad.

Sonia dijo...

Lo que si no tienes muy claro es la manera como Aristòtles describe la integracion de materia y forma.
cuando describes el proceso, la descendencia no es la materia, la descendencia hay que entenderla como la forma eternizada en la especie, el padre aporta la forma, el hombre como sexo masculino es en si mismo forma en potencia, y la madre aporta la materia, en la materia no se encuentra la forma, la forma no es un componente de la materia, y la forma siempre ha existido, en algunos momentos como potencia y en otros como forma desarrollada, dirigida por un propòsito. la materia es informe, no tiene forma, cuando se da la procreacion, la forma por decirlo de otra manera posee a la materia la cual adquier forma y empieza a darse en ella un principio de movimiento.


El proceso sería de la siguiente manera. El padre daría una materia, su descendencia. En esta materia se encuentra la forma potencialmente del hijo. Por un proceso, esta materia va adquiriendo una estructura, la materia que da el padre no tiene naturaleza: “el todo indiferenciado primigenio fue el semen”. Es decir que la materia subyacente a todas las cosas no tiene movimiento interno, no tiene naturaleza. Esta materia tiene varios posibles fines, varias posibles formas.

Lettuce dijo...

Dos o tres cosas:

1. Me parece que este comentario surtió su efecto, al generar algo de discusión entre Miguel, Sonia y ud. Gracias por eso.

2. Pilas con Anaxímenes, porque, si bien hay alguna semejanza entre el aire de aquél y la materia de Aristóteles, éste lo critica severamente.

3. Su énfasis en la importancia de la materia en la concepción aristotélica de los seres vivos me parece bien logrado y pertinente.